Nito, el Rey del Cementerio
Nito fue el primer ser que murió tras el avivamiento de la Primera Llama, lo que permitió que adquiriera una poderosa Alma de Señor. Esta le hizo que reviviera y lo convirtió en la pura manifestación viviente de la enfermedad y la muerte.
Lo único que lo mantenía con vida y poderoso era la muerte del resto de seres vivos del mundo, por lo que se unió al resto de dioses para acabar con los Dragones Eternos y así saciar su sed de poder y existencia.
Tras esta guerra, Nito descendió a lo más profundo de Las Catacumbas, la Tumba de los Gigantes, y allí guarda reposo hasta el fin de los días, descansando y administrando la muerte a todos los seres vivos y ofreciendo la mayor parte de la fuerza de su alma en esta labor.